Comentando y Recomendando: El Corazón de Tramórea

Todo tiene su final, nada dura para siempre. Así reza una canción popular, y no podría tener más razón. Muchas cosas tienen un final, y cuando llegamos a él nos encontramos con una serie de emociones contrapuestas, en gran medida ellas serán resultado de la danza dialéctica entre nuestras expectativas y la forma en la que nos condujeron hasta el fin.

Las sagas literarias no están exentas de esta realidad. Hoy, le hago frente al final del recorrido realizado por el fantástico universo de Tramórea, creado por Javier Negrete. Su tetralogía culmina con El corazón de Tramórea; novela de la fantasía épica, ciencia ficción entre otras, que cierra el ciclo iniciado por la Espada de Fuego.

Para mí ha resultado ser un viaje largo, pero realmente satisfactorio, el cual me ha revelado como géneros, que al principio uno pensaría que son dispares, como son la ciencia ficción con algunos aspectos duros, se puede combinar con la fantasía y en especial la de corte medieval y épico. Pero, me adelanto como siempre, vamos a seguir nuestro esquema y como el amo del filo de Whitechapel, vayamos por partes.

TRAMA

Los Dioses han despertado de su largo letargo, y con ellos Tubilok, conocido como el loco o el pionero. El ascenso de esta divinidad traerá consigo una nueva oportunidad para los Yugaroi de reformar el universo a su conveniencia, pero nada puede ser creado si algo no es sacrificado antes. ¿Qué tienen a mano los dioses para sacrificar? Pues al mundo de Tramórea.

Faltan pocos días para conjunción de las tres lunas y con ellas la ejecución del ambicioso plan de Tubilok. La guerra entre la humanidad y los dioses se hace cada vez más concreta, y los bandos van cobrando forma, a medida que Derguin Gorion y otros actores deben decidir ¿Qué tanto están dispuestos a sacrificar para salvar a Tramórea? ¿Estará el Zelmanit a la altura del reto? ¿Podrán detener a los Dioses? 

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Esta vez no me voy a explayar con los diferentes aspectos de la trama, porque sinceramente no me interesa. Ya los he dicho, y si bien ha pasado mucho tiempo entre la escritura de un texto y la otra, el habla elaborada y culto de Negrete no ha variado. Tampoco se ha visto alterada su capacidad para narrar y envolver al lector. Sus personajes, los que ya están desarrollados mantienen sus formas y profundidad. En estos elementos no hay cambios sustantivos.

Por su parte, en lo referente a la trama, esta novela es el cierre iniciado en el Sueño de los Dioses, el cual termina en  una suerte de cliffhanger, y esta novela parte de allí con una velocidad vertiginosa para darle final a la Saga. En todo momento del texto, se percibe la premura, tanto de los personajes como del escritor por darle fin a la historia. Es más, mientras más cerca del final estamos, más aprieta el paso.

Pero curiosamente, al margen de la premura, Negrete hace algo más interesante, ahonda en las causas y la psiquis de personajes que otrora fueron enemigos. En esta novela comenzamos a entender, y de alguna forma, sentir empatía por Tubilok, quien no parece tan odioso. Por su parte, otros personajes como Taniar, que uno pensaría malvada y viciosa como otros dioses (entiéndase Anfiun y Shirta) demuestra tener un sentido de la oportunidad y táctica que la hacen aun más interesante. Ulma Tor como villano sigue siendo molesto, pero esta vez su participación tiene más la apariencia de un cabo que se desea atar, más que el regreso de quien fuese un temible villano en la primera entrega.

En el mismo orden de ideas, considero que el personaje en el cual más se explaya el autor, y que tiene la transformación más interesante, a pesar de ser sencilla, es en el emperador Togul Barok. El mismo pasa por un arquetipo que me encanta mucho: el villano que se vuelve aliado y sigue siendo molón, como son Vegeta y Pikoro de Dragon Ball Z. Barok. Pasa de ser un villano de esos más fuertes que el odio, a ser un personaje atractivo e interesante con todo ese estoicismo que brilla entre tanta camaradería, besos, piruletas y abrazos que vemos en el Team Zelmanit.

También destaca esa villana de último momento, toda una psicópata, como fue la reina de las Atagaira de Agarta (todas las atagairas me cayeron pesadas sean de Tramórea o de Agarta) pero creo que el personaje que gana más puntos para mi es Tarimán, a quien comprendemos al final, por quien sentimos simpatía, más allá de la que genera su condición de paria. Y es que el Herrero se presenta como el verdadero estratega, y quien tiene más razones para vengarse de Tubilok. Allí, Negrete demostró ser un soberbio narrador de historias.

En fin, para ir cerrando; a pesar de que El corazón de Tramórea es una novela de cierre —que yo siento muy apresurada—, no se puede negar que es una gran historia. El broche de oro que deja en alto esta saga, con un final feliz, y divertido, basta ver el epilogo del Gran Baratán; pero sin la grandilocuencia de los finales propios de la fantasía épica. No sentí, al final, lo mismo que sentí cuando terminé de leer la Leyenda de Huma, hace años —se me antojan siglos, otra vida— o la última novela de la Guerra de los Gemelos, la Leyenda de la Lanza. Y creo que allí mis expectativas fueron ligeramente vulneradas.

Conclusión: El corazón de Tramórea, es una novela que vale la pena, si se es amante de los diferentes géneros. Una saga que merece la pena, especialmente porque está escrita en nuestro hermoso idioma. 1000% recomendable, para los amantes no hay desperdicio.

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