Rodando dados por Telegram

Cuando hice el cuestionario rolero dije que estaba en dique seco; que llevaba rato sin jugar. Pues, unos días de publicado ese artículo, un amigo me invitó a jugar a una partida de rol por Telegram. Estamos jugando Dungeon World, que es uno de los juegos a los que les tenía muchas ganas y que reseñé en su momento.

En esta partida interpreto un mediano ladrón, que vive en una ciudad autogobernada llamada Zanado. Vive en un gueto de medianos y ejerce la profesión de mata ratas. Este ladrón se hace llamar Ratonero —sí, en honor al personaje de Fritz Leiber—. Nuestro Ratonero ejerce su profesión de eliminador de plagas como una excusa para entrar en casas, ver que hay y luego venir con un equipo de mudanza en la noche y saquear todo. Rápido, limpio y sin víctimas.

En la historia, Ratonero, se vio involucrado con otros personajes, un druida orco, un guerrero humano, un mago tiefling y un humano inmolador. Todo un equipito. En lo que llevamos de aventura han pasado muchas cosas entretenidas y delirantes. En gran medida se debe a que toda la campaña es un sandbox y toda la campaña transcurre en una suerte de mundo que es una metáfora o alegoría de la mente del DM y de como él percibe  la realidad, lo que a su vez es muy subversivo y permite la parodia y autoparodia.

Pero, no conforme con ello, es un isekai. A mi amigo y los suyos, les gusta agregar esa variable a ese estilo de juego, así que hasta cierto punto la personalidad del personaje es una mezcla de la propia con la del jugador, donde esta última tiene peso.

Este grupo, aparte de variopinto, tiene una dinámica divertida. Jugamos por placer, comparado con otros grupos que he visto, de los que he leído y con lo que he jugado, no parecemos serios. Parece una partida de adolescente, donde todos tiene finalidad divertirse. Acoto que, el yo del pasado, al menos como DM no habría visto con buenos ojos esa forma de jugar. Pero, con un demonio creo que, en algunas cosas, el tiempo me ha hecho ligeramente tolerante. Y, al parecer, el sistema de DW se presta para ello, ya que este le da cierta manga ancha para que el jugador participe en la creación del mundo con el director. Y, por ejemplo, yo he agregado muchas cosas sórdidas.

Debo confesar que siempre he jugado con usuarios mágicos. Magos, hechiceros, clérigos y druidas (me faltan el brujo, el arma favorecida, el bardo y no sé qué otro…ah los psionicos etc). También he echado uno que otro pie con un guerrero. Pero nunca con un pícaro (siendo sincero, me faltan por jugar de los básicos con el bárbaro, el monje, el paladín y el bardo; de todos ellos mi reto personal son el bardo y el paladín). Y esta es mi primera vez de lleno en Dungeon World.

Ratonero, mi mediano ladrón hecho con Heroe Forge

¿Qué encontré al jugar con DW? Primero que me encanta el sistema de juego, el Powered by the apocalypse o PBTA. Este sistema es potente, rápido, ágil y sin mayores pretensiones. Mi mediano es de nivel 2 y creo que con un ataque furtivo bien hecho hago demasiado daño para un personaje del mismo nivel en D&D. Y, de entrada, tengo más vida.

No niego que le falta algunas cosas, y que D&D 5E y Pathfinder 2 se ve más completos, y tienen su atractivo, pero DW parece el juego propio para aquellos que no tenemos tiempo y para quienes no tienen una mesa. ¿Por qué? Pues al ser un sistema más narrativo, prescinde de muchas vainas tácticas, lo que permite que jugarlo por la red de mensajería Telegram sea más cómodo.

Ese es el otro descubrimiento de este momento. Jugar por Telegram tiene su gracia, es una versión mejorada de todas las partidas por correo, Messenger y foro que tuve. Ya que el Telegram te permite subir notas de voz, la escritura, subir imagines, como respalda todo en la nube, se pueden subir las fichas y hasta los mismos manuales. Y, además, posee bots para tirar dados. Así que en esencia tiene lo básico. Algunos dirían que es la versión floja de Discord, pero a diferencia de aquel, aquí tenemos la ventaja de que el gasto de internet no es tanto. Cosa que me mortificaba a mí en la ventiunica vez que jugué por esa otra red social.

Yo ya había jugado con Vladimir —el dueño de La Cueva del Lobo— a Master of Umdaar y Andrómeda. Pero, a pesar de que lo hicimos bien, no es lo mismo que jugar con otras tres personas más y otro director, cada uno siguiendo sus objetivos y haciendo locura. Resulta —aún no termina—, una experiencia satisfactoria y gratificante. Tan buena, en algunos aspectos, como las partidas, de los buenos tiempos, con mi antigua mesa.

Para cerrar, no me queda más que decir que me sorprenden lo placentero y útil que resulta ser el Telegram. Y, que investigando he descubierto que, en castellano, existe una amplia comunidad y varios blogs donde te dan las herramientas y toda la información para jugar rol por estos espacios. Lo que realmente me asombró. Si tienen tiempo, e interés, échenle un ojo a eso, no se van a arrepentir.